
CINÉ- CLUB ESPAGNOL
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AMORES PERROS
(México, 2000)
Alejandro González Iñárritu.
Contó, con el corazón en la mano, tres relatos imborrables de tres lugares de nuestra realidad: la calle, la intimidad, los márgenes. Emparejó a dos hombres de talento incuestionable: la suma del cineasta Alejandro González Iñárritu y el escritor Guillermo Arriaga era más que las partes. Ganó 50 premios internacionales hasta pelear el Oscar a la mejor película extranjera con El tigre y el dragón. Pero sobre todo probó que el cine mexicano, y de paso el Latinoamericano, había asimilado ya las últimas lecciones del cine del mundo y estaba listo a proponer nuevas maneras de contar la vida de siempre.

EL CLUB
(Chile, 2015)
Pablo Larraín.
Una casa, asignada en secreto por la Iglesia Católica, es el refugio de cuatro sacerdotes condenados por horrendos crímenes. También es el hogar de la monja que los cuida. Su tranquila vida en el exilio se ve perturbada con la llegada de dos nuevos sacerdotes, desencadenando eventos que los obligan a enfrentarse a sus acciones.

MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO
(Cuba, 1968)
Tomás Gutiérrez Alea.
Su maravillosa historia, la de ese pequeño burgués aspirante a escritor, Sergio, que se resiste a dejar su sagrada Cuba, así su esposa y hasta el úlitmo de sus amigos hayan huido ya a Miami (“quiero vivir como europeo”, dice), sigue siendo una historia más que relevante. Las fantasías sexuales que persiguen al protagonista a lo largo de cada día, la crítica corrosiva que le da forma a cada una de las escenas, el humor triste que alivia los horrores que comienzan a aparecer en el horizonte: todo lo que se ve en esta película profética sigue en pie, igual que aquel país, después de todos estos años.

